El Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) vetó por sexta vez este miércoles una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) que exigía un alto el fuego inmediato en Gaza.

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El texto, respaldado por 14 de los 15 países del Consejo, incluía tres demandas claras: un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes retenidos por Hamás y la facilitación de ayuda humanitaria a gran escala en Gaza.

El Movimiento de Resistencia de Palestina Hamás condenó el veto estadounidense, calificándolo como una muestra de la «ciega parcialidad» de la istración de EE.UU. y una postura «arrogante» que refleja «desprecio» por el derecho internacional.

A través de un comunicado, el Movimiento subrayó que “la postura del Gobierno de EE.UU. da luz verde al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que continúe su brutal guerra de exterminio contra civiles inocentes».

Asimismo, instó a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes para detener la ofensiva y exigir responsabilidades.

Por su parte, la representante interina de EE.UU. ante el Consejo, Dorothy Shea, defendió el veto argumentando que la resolución era «inaceptable por lo que dice y lo que no dice».

Desde una postura indiferente, Shea indicó que su país “lo ha dejado claro: no apoyaremos ninguna medida que no condene a Hamás ni le exija desarmarse y abandonar Gaza».

La resolución vetada buscaba abordar la tensa situación que se vive en Gaza, donde 2.1 millones de personas dependen casi exclusivamente de la ayuda internacional, según datos de la propia ONU.

Vale acotar que el veto de EE.UU. refuerza su postura de apoyo a Israel, a pesar de la creciente presión internacional para frenar la ofensiva en Gaza.

Mientras tanto, el genocidio continúa su curso y hasta la fecha, las autoridades palestinas contabilizan más de 54.000 muertos a causa de los constantes ataques.

De ellos, apunta el Ministerio de Sanidad de Gaza, la mayoría son mujeres, mientras otros miles se encuentran bajo los escombros.

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