La tensión diplomática entre Irán y Estados Unidos volvió a escalar este jueves, luego de que el presidente iraní Masoud Pezeshkian criticara duramente las declaraciones del mandatario estadounidense Donald Trump, quien calificó a Irán como “la fuerza más destructiva en Medio Oriente” y reiterado que Washington “nunca permitirá que Irán posea un arma nuclear”.

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En respuesta, Pezeshkian acusó a Trump de hipocresía internacional y cuestionó la legitimidad de EE. UU. para hablar de paz mientras “envía armas, bombas y misiles a países de la región”.

“¿De verdad buscan la paz o buscan profundizar la inestabilidad?”, lanzó Pezeshkian en un discurso televisado desde Teherán, donde además denunció el respaldo estadounidense a Israel en la guerra en Gaza, recordando que “60 mil mujeres y niños han muerto” en el enclave desde el inicio del conflicto.

Pezeshkian también se refirió a los comentarios de Trump sobre la supuesta amenaza nuclear iraní, replicando con una pregunta retórica:

“¿Somos nosotros quienes mataron a 70 mil niños y mujeres?”, en clara alusión tanto a Gaza como a otros escenarios regionales marcados por bombardeos.

El presidente iraní aseguró que Irán no busca la confrontación, sino el desarrollo pacífico:

“Somos defensores de la paz, no de la guerra, pero nuestra dignidad y honor no están a la venta. No nos doblegaremos ante ninguna potencia ni nos rendiremos”, afirmó, marcando distancia con cualquier posibilidad de presión directa o indirecta de Washington.

Estas declaraciones surgen en un momento especialmente volátil para Medio Oriente. Mientras continúan las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia en Estambul, EE. UU. ha endurecido su retórica hacia Teherán y ha impuesto nuevas sanciones económicas, alegando actividad nuclear y apoyo a milicias regionales.

Por su parte, Israel ha manifestado su preocupación por un posible deshielo táctico entre EE. UU. e Irán, mientras en Gaza el conflicto con Hamás sigue escalando, en un entorno de devastación civil sin precedentes.

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